Los errores en comunicación se pagan. El problema reside en que pocos los intuyen.
Se decía con tiempo en este blog: la España interior será tema en las elecciones. Y duró unos días hasta que acabó la dialéctica electoral.
En el transcurso de estas últimas elecciones municipales/generales/europeas/autonómicas hemos visto algunos mensajes a destiempo.
Greenpeace quiso poner en el tapete la conciencia verde, pero quedó diluida. En ese momento, el PACMA quisó llevarse el pastel del voto alternativo naturalista: error. Van en el mismo paquete. Desperdicio de ilusión de planeta limpio y con animales empoderados.
Al final, los mensajes de campaña ha sido fuego de alto standing. Ha quedado entre ellos. Entre cabezas de lista. Y el que menos tenía que perder, las ha ganado.
Resultado: el jubilado no sabe si cobrará más o menos; el autónomo todavía busca las ventajas prometidas; los colegiales, en los barracones sin saber hasta cuando y las universidades y hospitales públicos con una miserable dotación económica y de recursos todavía.
La supuesta derecha centralizada ha pagado su error más caro que nadie. Incapaces de coaligarse, tiró cada burro por su lado. Resultado: donde antes le costaba al PP alcanzar un concejal, hoy lo ha perdido.
No han sido unas elecciones de programa, sino de hormonas. Se despertó el voto del miedo y del resentimiento. Un gran mapa de El PAIS para comprobarlo en la calle donde usted vive
La Junta Electoral Central, sublime organismo que vela por la democracia y juego limpio, obvió analizar el principal objetivo de algunos programas políticos: destrucción del estado español.
Legal, aunque incoherente si se pretende comer de lo que se odia.
ERC, Bildu, PNV y JxC vivirán otros cuatro años con los impuestos de los que pretenden anexionarse; curioso.
La JEC dijo que Atresmedia no podía enfrentar a santiagoabascalistas con el resto. Nunca ha dicho nada contra el PSOE por los autobuses de Susana Díaz tomando las calles contra sus oponentes en Sevilla, aunque por menos estarían otros en el juzgado por malversación de fondos públicos.
Nunca multa por la intimidación en las calles cuando los resentidos arrasan las carpas de la competencia. Al menos, le dijo a Torra que las pancartas eran para el verano. Ahora toca girarlas.
Presentar presos en las listas le ha funcionado al tuitero Rufián. Pero es trampa, es un sarcasmo de sí mismo. Una lista «fake» basada en agitar y enmarranar las reglas del juego. No tiene intención de arreglar nada, sólo liarla hasta el infinito con un discurso vacío y estereotipado.
En Cataluña hay quien sigue vendiendo el Lebensraun y la colonización cultural, como Plataforma per la Llengua. Otros le bailan el agua a los huidos por si acaso y TV3 no será nunca un ente independiente. Las cosas no van a cambiar. El Colegio de Periodistas de Cataluña organiza cursos para aprender a informar de la derecha, aunque la principal máquina de procrear fakes y provocar situaciones de conflicto se llama Puigdemont ( de derechas, y aliado de xenófobos belgas, por cierto).
Otros, como la ANC, toman el control de la Cámara de Comercio de Barcelona, como si tuvieran algo que aportar realmente a la economía al margen de su irracionalidad.
En cualquier caso, logren ser indultados o no, el independentismo de casta izquierda/derecha y visa oro ha hecho que se vote con el lado hooligan del cerebro.
Excelente manipulación psicológica desde todos los frentes. Con el estiércol mediático han construido una causa. No es fácil.
Para enmarcar:
Cuenta el tío de Rafa Nadal , su entrenador, que un buen día se encontró a cierta política en el avión. La oda a los valores deportivos del tenista salieron a relucir en las palabras de la gobernante. Que si el respeto siempre a todo el mundo, el juego limpio con sus contrarios etc, etc, etc.
El entrenador le metió un smash. Le vino a decir que ya le valdría a ella y sus compadres de profesión aplicarse el cuento.
Pues eso.
Las lecciones de ciudadanía las dan los ciudadanos: siempre.
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