La prensa nacionalista y el arte de la autosubvención

Uno de los fenómenos de la radicalización editorial es la fe ciega en el subvencionismo.

No es para menos.

Recientemente la Generalidad de Valencia se puso tibia de regar económicamente a medios cuya función informativa parece más ligada a replicar lamentos de la clase política que a estar pendiente de las necesidades sociales de la población.

Entre ellos, auténticos órganos de propaganda pero ninguno con sede social en la Comunidad Valenciana.

Entre ellos, según señala el diario Las Provincias, «Edició de Premsa Periódica Ara, SL (ara.cat), que recibe 22.006,92 euros; Serveis de Comunicació Global Aquitania, SL (naciodigital.cat), con 20.348,22 euros; Partal, Maresma i Associats, SL (vilaweb.cat), que obtiene 17.962,45 euros; Catmèdia Global SL (directe.cat), con 12.659,72 euros; Hermes Comunicacions SA (elpuntavui.cat), con 11.154,19 euros…»

Y cómo no, 19.948,84 destinados a Edicions del País Valencià, la empresa editora de El Temps.

Pero lo realmente asombroso es la capacidad de esos mismos medios de volver a recibir dinero exáctamante por el mismo motivo por partida doble de la Generalitat de Cataluña.

Curiosamente, el criterio no es el volumen de audicencia el criterio que marca la cantidad. No se premia la calidad o alcance. La profesionalidad cuenta poco en esta lotería trucada.

Son los medios digitales ideologizados los más inyectados y menos los más generalistas no ideologizados. He aquí un reciente ejemplo:

Subvenciones para medios digitales

Y de nuevo se obtienen ayudas por partida doble para la versión de papel:

Subvenciones para periódicos en papel

La picaresca española no tiene límites. Fomentar dos veces lo mismo para recibir dos veces la ayuda pública de distintos gobiernos autonómicos.

Es como si todos los medios de Badajoz, Segovia o Almería, o de cualquier ciudad recibieran de todas las comunidades autónomas de España subvenciones por promocionar el castellano.

El día que subvencionen las prótesis dentales será porque se ha logrado que todos los ciudadanos hablen catalán, esperemos.

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