¿Impondrá Facebook la publicidad en WhatsApp?

El fenómeno de la migración de los adolescentes al uso de aplicaciones rápidas como Twitter, Instagram, Pinterest, WhatsApp o Snapchat, en detrimento de Facebook, es un indicador claro de tres hechos entrelazados: «movilización» masiva del usuario, progresiva «nanosegmentación» de los colectivos online interconectados y rechazo al intrusismo publicitario. Pero todo podría cambiar con la compra de WhatsApp por Facebook en los próximos días

Los terminales en sus diferentes gamas ocupan un espacio de usabilidad que sustituye al ordenador convencional. Simultáneamente evolucionan en sus capacidades para establecer arquitecturas más complejas en la organización de la red y de sus contenidos.

Esta situación se debe en gran medida al criterio de WhatsApp y Snapchat de impedir la publicidad en su sistema. Mientras esta circunstancia perdure, la migración y uso preferente de dichas aplicaciones seguramente se incrementará.

Es un mensaje claro: el usuario quiere privacidad y es reacio al intrusismo publicitario en sus comunicaciones personales mediante dispositivos móviles.

¿Pero qué hará Facebook con WhatsApp a partir de mañana? La compra ya es oficial y 600 millones de usuarios podrían reconsiderar el uso de la aplicación si el modelo de negocio de Facebook se basa en incluir publicidad.

Posiblemente, el primer gran paso y esperado por todos, es la integración de WhatsApp con los sistemas operativos, de modo que pueda ser visualizable el contenido de las conversaciones. Ningún emulador de Android para Mac o Windows lo ha conseguido de modo estable y definitivo.

Google, que según Comscore ronda los 425 millones de usuarios registrados y más de 290 millones activos, ha triunfado como proveedor en en este tipo de dispositivos, algo que se puede explicar por la ausencia de publicidad; si bien no sucede lo mismo en el formato web clásico, donde es continua la presencia de anuncios en cuentas gratuitas.

Le tocará mover ficha probablemente y lograr que las microconversaciones en aplicativos móviles se basen en una solución de su plataforma.

En este escenario, las organizaciones y empresas tendrán además que auditar cuales son sus prácticas de comunicación en social media y si realmente su estrategia está orientada a considerar estas tres variables: movilización, nanoredes y cero publicidad.

También, el volumen de aplicaciones móviles, con funcionalidades ya superiores a las que ofrece un sitemap de web tradicional, está demostrando que consultar el saldo del banco, realizar una donación o una reserva en el médico son prácticas habituales.

Es posible que nos encontremos ante un cambio disruptivo en el uso de internet en los próximos años, en el que todo será prácticamente un entorno «movilizado» y solo sobrevivirán los sites realmente de calidad y capaces tanto de informar a públicos muy exigentes,  a la vez que sean dinamizadores de microbloging e intercambio de conocimiento constructivo y relevante.

Mientras, lo que es evidente por el comportamiento humano, es que las redes que ofrecen más confianza y seguridad parecen ser la clave  en el continuo proceso de transformación de la red Internet.

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