Llega la i-sociedad sin chóferes, sin labradores y ¿sin trabajo?

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Destrás de una App existen mundos económicos desconocidos. Cuando surgieron las primeras aplicaciones informáticas para pedir un taxi todo era maravilloso.

Después llegaron las VTC. Jóvenes empresarios, gente de la administración reconvertida, emprendedores…la «nueva» economía.

Todo regado con sentencias y normas que han provocado la explosión y posiblemente el exceso.

Mañana no habrá taxistas ni chóferes. Las algaradas es solo una fase intermedia de lo que realmente tiene que suceder.

Esta nueva i-sociedad es una consecuencia más de la digitalización de la comunicación.

Primero fue la prensa, después vino el comercio electrónico, la banca, la educación, la restauración, el transporte…y finalmente será la política.

Sí, al final convertiremos los parlamentos en hospitales, o mejor, en residencias socio-sanitarias

¿Para qué tanto escaño físico si puede ser virtual?

El punto de equilibrio que se atisba es estremecedor ¿Debe ralentizarse la transformación digital para lograr mantener la supervivencia laboral?

O dicho de otro modo, ¿todo vale en esta loca carrera por conquistar la pole position de la cibereconomía?

Nueva York, la ciudad de hiper-ricos y/o hiper-pobres. Ese es el final. Ahora obligados a ceder pisos nuevos en renta baja cada vez que se construye un edificio, lo que Barcelona intenta imitar, con alquileres de 1,200 euros por apartamento de 40 metros en centro de la ciudad.

Incluso, ofreciendo vivienda prefabricada reinstalada sobre edicificios existentes o un container.

Traslademos ese criterio «social» a todos los sectores y se entenderá lo que nos queda por hacer. Ser colaborativos, o no funcionara el modelo.

El capitalismo salvaje no ha desaparecido, o mejor dicho los capitalistas salvajes. Como tampoco los mesías de la igualdad, que viven en chalets de lujo.

Mientras, asistimos a la caída de credibilidad de las redes sociales , al exhibicionismo virtual e inventos de Amazon que ponen pálidos a los repartidores de paquetería.

Siempre nos queda el campo.

Un tractor sin conductor y un dron pueden hacer desaparecer los jornaleros. El i-pastor está a la vuelta de la esquina, ¿pero podrán también con él?

De la esperada Sociedad del Conocimiento y de la Información, a la nueva era del sálvese el que pueda. La i-sociedad convulsiona los principios tradicionales de la economía.

Detrás de una App que muerde el mercado, hay muchos escenarios, incertidumbre, oportunidades, innovaciones; pero sin duda, también injusticias, como en todas las revoluciones industriales.

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