Smart technologies such as artificial intelligence and big data have transformed hospitals from a medical, management and communication perspective. This paper aims to analyze how the best hospitals in the United Kingdom manage these technologies to build a reputed brand. To do that, we conducted a literature review about smart technologies and online branding processes in hospitals. Then, we defined 34 indicators to evaluate how the 140 best hospitals in the United Kingdom managed smart technologies for branding purposes. Our results proved that most of them focused their branding efforts on patients (4.98 criteria out of 11 applicable), rather than journalists (3.01/11) or public authorities (2.16/6). We concluded that hospitals should implement an integrated marketing communication approach, use smart technologies to establish new organizational processes with stakeholders, and develop digital transformation plans to efficiently manage this process.
Cancer hospitals need to implement a Social Media Unit that employs people from different professional backgrounds and work according to protocols; prioritize a public health approach focused on satisfying stakeholders’ needs in terms of information; and train the hospital’s employees on how to use social media professionally.
Managing social media constitutes a challenge for cancer hospitals: internal processes, quality information, and the role of employees.
These organizations resort to social media to enhance their relations with stakeholders and promote their brands at the same time. This paper analyzes how cancer hospitals could use social media to associate their brands with human values (patients’ rights, honesty, integrity, kindness, compassion), and become more credible institutions.We conducted a literature review on cancer hospitals’ communication initiatives on social media: we considered three databases, four keywords, and six inclusion/exclusion criteria to gather papers published on this topic between 2011 and 2020. We also identified 114 papers. Based on that, we developed the PET Branding Model, an online communication model that these hospitals can implement to associate their brands with human values.
Medina, P., Medina, E., & Gonzalez Pacanowski, T. . (2023). Managing Social Media for Making Cancer Hospitals’ Brands More Human: A Proposal Model based on a Literature Review. Review of Communication Research, 11, 65-87. Retrieved from https://rcommunicationr.org/index.php/rcr/article/view/177
Se lo va a encontrar en menos que cante un gallo, si es que no acaban en el metaverso todos.
Va usted al mecánico: «tiene la EGR, la caja de cambios, el embrague y el catalizador hecho cisco».
Como vive al día, se queda más blanco que el protagonista de Crepúsculo.
El robot, que no pestañea, le escupe un presupuesto de 6.000 euros, con paga y señal de 1.000.
En el clavo, como el VAR del fútbol, o la app del banco. La tecnología no tiene sentimientos y pronostica cruelmente.
La «roboidiotización» llegará.
Pero no sufra, internet todavía tiene seres humanos que pueden consolarle.
Gaitán, el azote de las marcas y trileros de compra venta. Es incorruptible. Ni Tesla, ni nadie le tose.
Si no, acuda a Irati, una experta en electrónica de coches.
O Marius, un manitas que por cuatro duros le resuelve el problema,
O Talleres Piba, el de barrio que nunca falla
Se tarda menos de un minuto en ensamblar un coche con robots.
En el PIT STOP los humanos aún siguen siendo más rápidos que las máquinas: dos segundos, o menos.
El/la del taller le soplará mínimo de dos horas a cinco días, según la avería. Después de las banderillas, vendrá el picador. En el tercer tercio, al desguace directo.
Las máquinas acaban de aterrizar en los talleres, y en breve esos personajes tan típicos del barrio puede que desaparezcan, o no.
Llegarán los robots a los dentistas, a los comercios y a los cuidadores de ancianos. Por el momento, ya están en los quirófanos esperándole para coserle y curarle, aunque igual le cuesta un riñón, como el coche eléctrico que se miró en una revista antes de recoger su vehículo.
Previsiblemente, si todavía no hemos sido víctimas de energúmenos belicistas o un impacto de meteorito, cualquier día se levantará por la mañana y esté será su día saludable.
Mientras un haz ultravioleta de un cepillo ultrasónico desinfecta sus dientes, el sensor que lleva implantado le ofrecerá una analítica con varios consejos en la pulsera digital.
Tras volver a ser desbacterizado por una ducha de iones, llegará a la cocina con ánimo de zamparse unos huevos con bacon; la proteína ha triunfado sobre el cereal. Pero el robot le advertirá que ese día toca una loncha de pavo y un vaso de leche desnatada.
Si desprecia el diagnóstico, la nevera no abrirá. Se acordará entonces del padre de la IA, el de la economía GIG, el de la robótica, de los que inventaron ChatGPT y el cacharro de Alexa.
Cuando termine de desayunar y arranque su vehículo eléctrico, el ordenador del coche registrará un subidón de su tensión arterial por el cabreo. Ello implicará que ese día no comerá nada con sal. Despídase del vasito de vino y del churrasco que tenía previsto con los compañeros de Fitness.
El vehículo está conectado a la DGT, a su médico de cabecera, al jefe de la empresa y a la mutua de seguro; y lo que es peor, o mejor: a su pareja.
Llega usted al trabajo. Como sólo lleva en el cuerpo una loncha de pavo, el escáner neurobiométrico de la puerta evalúa que es hoy poco empático, nada afectivo, bastante crítico. En definitiva, un peligro para el nivel productivo de la compañía.
Automáticamente el recepcionista robotizado le acompaña a la sala del mindfullness, donde un robot le interrogará para rectificar sus emociones.
Usted se asincera y aparenta que ya está recuperado, pero se detecta falsedad en las afirmaciones. De hecho, le recuerda que de persistir en su rebote, perderá sueldo a final de mes.
A causa de ello, es derivado a un puesto de trabajo alternativo según un algoritmo ideado por software de Recursos Humanos.
El bot indica que debe subir ventas.
Su jefe es un holograma. La pantalla que visualiza con gafas a lo metaverso le va recordando que en el almuerzo comerá brócoli y una manzana. Sube su presión arterial.
Y así, hasta el final del día, experimentará mil detalles de la vida tecnificados y validados por las máquinas y los chips.
Termina su jornada laboral. Compra una furgoneta camp y se larga a las montañas y playas. Vive del subsidio y de un canal de Tik Tok, donde su libro de ha convertido en la nueva biblia. Otra vida es posible.
Morirá y sus descendientes mamarán de los derechos de autor y pegándose la vida padre surfeando.
Pero ni muerto escapará de los operadores de telefonía. Un día sonará el móvil en su tumba con una llamada de Jazztel. Dejó bien escrito en su testamento que ningún mortal accedería post mortem a su smartphone, salvo usted.
El discurso desde la enfermedad tiene nuevos recursos. En el caso de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), por ejemplo, personas con la capacidad física de poder comunicarse en niveles casi nulos hacen autenticas maravillas sólo con sus ojos.
Así me comunico con vosotros gracias a unos infrarrojos que leen el movimiento de mis ojos y me permite utilizar un teclado virtual para escribir y un reproductor de voz para hablar. 😀💪 pic.twitter.com/uoFrAbyEsh
Durante la historia de la medicina el paciente ha sido un elemento de muestra, de estudio, de análisis. Hoy es protagonista y portavoz de su propia enfermedad.
Las frases más dramáticas y al mismo tiempo conmovedoras se escuchan de sus voces, en ocasiones apagadas o en proceso irreversible camino del silencio.
La #ela es como aquel mal sueño que todos hemos tenido alguna vez, quieres correr cuando te persiguen y tu cuerpo no responde, quieres gritar y tu voz te abandona…. https://t.co/pZPiPdBTL9
Sus peticiones son las que haría cualquier ciudadano en situación desesperada, muy común en otras enfermedades, que por cierto también quedan ninguneadas en los programas políticos y en la atención mediática. En este grito de supervivencia, resulta paradójico como asistimos al despilfarro del erario en lo lúdico y postizo, cuando con poco de ese presupuesto cambiaría radicalmente la vida de muchos afectados por ELA.
— Informativos Telecinco (@informativost5) April 7, 2023
No se trata de una ley, de normas, de legalidad. Se trata de cambiar las prioridades de la ayuda pública y orientarla hacia lo que nos falta en los momentos críticos de la vida. Puede ser que una televisión autonómica se lleve cada año 300 millones de euros, pero antes hay muchas plazas de colegios, de Formación Profesional y de camas de hospital que habilitar.
Cualquiera puede ver el relato de estos streamers de la esperanza, sin filtros, con la verdad de sus familias, sus rutinas y, lamentablemente, de su último adiós.
Tanta inteligencia artificial y tanto interés en destruirse mutuamente, convive con la negación de lo más real e incómodo de asumir. Un día seremos ese enfermo y pasaremos a otro estado.
Unos querrán quedarse aquí pensando que álguien encontrará una terapia milagrosa, otros decidirán marcharse en pleno uso de razón y rechazando una vida entubada. En cualquier caso, que nadie pueda argumentar que no se hizo todo lo posible por hacer vivir esos momentos con dignidad.
Daniel Catalán Matamoros. Departamentode Comunicación y Estudios de Medios. Universidad Carlos III. Madrid. España
Pablo Medina Aguerrebere. Faculty of Communications, Arts and Sciences Canadian University Dubai. United Arab Emirates
Toni González Pacanowski. Departamento de Comunicación y Psicología Social. Universidad de Alicante.
El brote de COVID-19 ha obligado a los hospitales a trabajar de una manera diferente (cibersalud, redes sociales, aplicaciones móviles) y afrontar diferentes desafíos (noticias falsas, marcos legales, falta de recursos humanos y materiales). Muchos hospitales no pudieron integrar las iniciativas de comunicación corporativa en sus planes de crisis, lo que les instó a varios problemas relacionados con la desinformación, erroresen los procesos internos, las quejas legales de los pacientes y algunas muertes evitables. Este artículo analiza cómo los hospitales deben gestionar la comunicación corporativa para mejorar sus procesos internos, proteger su marca y enfrentarse a futuras crisis de una manera más eficiente. Para ello, realizamos una revisión bibliográfica sistemática cualitativa sobre las estrategias de comunicación corporativa de los hospitales, sus iniciativas para enfrentar el COVID-19 y su uso de las plataformas de redes sociales. Por último, presentamos un Decálogo de Comunicación para orientar a estas organizaciones en la gestión de la comunicación corporativa a largo plazo. Concluimos que los administradores de hospitales deben utilizar la comunicación corporativa como una herramienta de gestión para promover la salud pública, acelerar la transformación digital del hospital, mejorar los procedimientos internos y fortalecer la reputación y credibilidad de su marca como fuente de conocimiento científico.
Using mobile apps as a corporate communication tool helps hospitals to improve their health education initiatives. This paper aims to analyze how these organizations can use mobile apps to implement health education initiatives addressed to patients. To achieve this, we conducted a literature review (health education, mobile apps, role of doctors and patients), and we resorted to using 38 quantitative indicators to evaluate how the 100 best hospitals in the United States manage mobile apps for implementing health education initiatives addressed to patients.
Our results prove that 95% of hospitals displayed general mobile apps for patients, but just some of these organizations proposed mobile apps for patients suffering from non-communicable diseases, including: heart diseases (9.47%), cancer (7.37%), chronic respiratory diseases (3.26%), and diabetes (3.16%). We concluded that hospitals should create a department specializing in designing mobile apps that are adapted to patients’ medical and social needs, and that are also consistent with public health priorities.
Medina Aguerrebere, P., Medina, E., & Gonzalez Pacanowski, T. (2022). Promoting Health Education through Mobile Apps: A Quantitative Analysis of American Hospitals. Healthcare, 10(11), 2231. MDPI AG. Retrieved from http://dx.doi.org/10.3390/healthcare10112231
This chapter addresses repercussions of COVID-19 for our next stakeholder group: the elderly. As outlined above, the elder citizens suffered in a particular manner, as their social interactions were severely limited due to the higher probability of the virus affecting them instead of younger children. The authors identify yet another crisis related to COVID-19: They critically review a media crisis and simultaneously link their considerations to an in-depth understanding of the national culture in China. The authors argue that it is essential to not deal with COVID-19 without a proper understanding of the cultural context that enables and impedes solutions, contingent upon whether one has fully acknowledged and truly comprehended the cultural context.
Medina, E., Pacanowski, T., Medina, P. (2022). COVID-19’s Media Crisis and the Passing Loss of Care for the Elderly in China. In: Amann, W., Stachowicz-Stanusch, A., Tripathi, S.K., Khan, S., von Kimakowitz, E. (eds) Humanistic Crisis Management. Humanism in Business Series. Palgrave Macmillan, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-031-04252-2_4