En 1965 el Oscar al mejor guión se lo llevó la película Those Magnificent Men in their Flying Machines.
Narra las peripecias en 1910 de una carrera de aviones de época entre Londres y París, patrocinada por un afamado editor de periódico británico.
Todos compiten arriesgándose en artefactos totalmente innovadores.
Así sucede también hoy en el sector de los medios de comunicación: cada uno intenta volar como puede.
¿Crisis o ha llegado una nueva era?
¿Somos red, somos lo que compartimos?
Es la época de los «intermedia«. Entre los 18 y 24 años de edad el canal donde se leen noticias se llama red social.
Se acabó la cabecera y el medio de comunicación como fuente directa y primaria en internet.
Ni las Apps ni las webs, son Twitter, Facebook, Linkedin, Instagram, Goggle+, y como no, el «misterioso» y siempre confidencial WhatsApp.
Y se mantendrá al alza.
Unido a este hecho, la «movilización» de los usuarios replantea la comunicación tradicional, tanto en formatos, como en la narración y redacción. Hoy la generación que llega a la universidad ha dejado atrás la expresión «nativos digitales».
Son algo más sofisticados: «mobile native«. Quieren todo a la carta y si breve, mejor. Los Pc´s van desapareciendo de las aulas y la tecnología es absolutamente táctil y de diez pulgadas en pantalla.
Y lo nuevos formatos visuales piden nuevos diseños y organización del contenido. La realidad es que pocos son los que pueden mantener el frenético ritmo de transformación de los contenidos.
Resultado: avanza más rápida la «tecnologización» que la reelaboración y categorización de los contenidos, tanto los informativos como los publicitarios.
Respecto al canal, ese escenario sigue evolucionando ¿el valor real de la empresa son sus millones de visitas?
Las rentabilidades de la publicidad online no cubren los endeudamientos de los mass media, pese a que su crecimiento ha sido espectacular en los últimos años.
Tampoco los volúmenes millonarios de audiencia ponen en valor empresas, como pueda ser el caso de Spotify.
Igualmente es cuestionable si los grandes superportales canal+contenido+red son una fórmula rentable una vez superen su fase de amortización. Arrieros somos.
El hecho innegable es que ningún grupo de prensa, pese a su esfuerzo y presunto liderazgo en internet, consigue salir de la línea de crisis, y el papel sigue camino de un final que se vislumbra.
Infoadex anuncia ahora un pequeño repunte de la inversión publicitaria, tras años de sequía. Demasiado frágil para corregir el exterminio. La inversión en publicidad de medios no convencionales da cierta estabilidad al sector. Lo veremos.
No ha muerto el medio, simplemente ha sido sustituido, convirtiéndose en repositorio pero no en la primera elección. Esas magníficas webs empiezan a ser viejos cacharros.
Para Google el futuro de la publicidad es holístico, muy holístico. Su modelo de autogestión publicitaria es un cambio cultural en la profesión, sin duda, ¿pero hasta qué punto se puede revender su canal si constantemente minimiza la función del publicista?
La adaptación de la publicidad al entorno online es una aventura permanente y sólo los que son capaces de detectar las tendencias tendrán la oportunidad de lograr la rentabilidad. Ojalá.
Si no, tiempo al tiempo.
Mejor dicho, tiempo a la red, y no paren de volar.